jueves, 1 de diciembre de 2011

Incendies

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Incendies (2010), Denis Villeneuve

Ayer volví a impactarme con la historia de Nawal Marwan. No parece surgida de una obra teatral. Sí parece una pieza descomunal nacida para la gran pantalla. No en vano, el director y guionista acordó con el autor de la obra escribir con libertad y el film cambia en mucho varios aspectos de la obra original, casi media película. El resultado es uno de los más impresionantes ejemplos de guión perfectamente explícito mediante sólo contadísimos diálogos. Algo parecida únicamente en ese aspecto a 2001, una odisea del espacio. En este caso, con menos música pero a su vez igual de evocadora.
Otro de los innumerables aciertos del film es su estructura. Partida en mil pedazos, como la vida de su protagonista, Villeneuve hila como un maestro de alta costura una narración que de tan bien trenzada parece lineal. Doble mérito cuando manejamos tan diversos personajes, parajes y fechas. Sinceramente, no entiendo cómo pudieron darle el último Oscar a la película de habla no inglesa En un mundo mejor, buena película, ya comentada en el blog, pero lejos de la dimensión de ésta. Pero ésa es una batalla perdida que no pienso perderme en entender.
En el aspecto artístico, es sorprendente cómo un cineasta de cultura tan alejada a la reflejada ha podido seleccionar semejante cantidad de emplazamientos y actores tan sumamente realistas. Uno siempre habría imaginado una película así filmada por alguién afectado más directamente por ese frente de conflicto mundialmente conocido y sufrido. Sin embargo, quizás sea esa visión "externa" la que ayuda a potenciar el aleccionador mensaje de la película: en la guerra sólo existe un bando, el del horror, y la vía para ponerle fin está en manos da cada uno de nosotros. Para construir ese mensaje, asistimos de manera pausada pero firme a un relato sobrecogedor de profunda y creciente carga emotiva, con una base circular.
En primer lugar, el círculo es la forma perfecta que mejor ilustra ese bucle de ira y desesperación que subyace en todo conflicto bélico. También representa el punto de apoyo sobre el que una madre explica a sus hijos los principios para cortar ese hilo que representa la espiral de violencia y odio contagioso. Y para mí también ayuda a resumir el inabarcable alud de sensaciones y sentimientos que esta película produce: una película redonda. Absolutamente inolvidable.

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