domingo, 11 de marzo de 2012

In Time

In Time (2011), Andrew Niccol


Con ideas ingeniosas y medios está demostrado que se construyen productos comerciales. Sin entender por ello que sean peliculas vacias o con dudoso atractivo cinefilo. Aunque casi siempre es así. Yo particularmente no tengo nada en contra de películas comerciales. Muchas de mis preferidas lo son, como se podrá comprobar en la lista que aparece en este blog. Pero siempre me ha dado rabia que esos recursos no se empleen de mejor manera, sin que ello deba restar comercialidad a la peli. Pero Don dinero siempre tiene suficiente con el coctel idea+accion+actores famosos.
En este caso, aun me sabe peor por tratarse del director que fue capaz de escribir y rodar Gattaca, una de las mejores películas que se han hecho de ciencia ficción.
Aquí el el plantemiento es interesante. Me refiero al universo creado, con el tiempo como bien vital y moneda de cambio a la vez. Funciona como mero entretenimiento para ayudarnos a imaginar como seria todo si en lugar de euros tuviesemos minutos, y en lugar de arriesgar nuestro sustento fuese la vida lo que estuviese en juego.
Pero ahí se les para el reloj. Topicos, arquetipos y un sinfin de situaciones a cual más previsible. Basta comparar la construcción de las motivaciones de los protagonistas de una y otra película para destilar la inmensa diferencia entre ambas.
En el caso que nos ocupa, el film también utiliza el avance de la genética como uno de los sustratos argumentales, pero burdamente y a años luz de la película de 1997. Sobra esa congelacion del envejecimiento a los 25 años. Pero claro, no podemos olvidar quienes son los que pagan la taquilla... no sea.
Otro gran detalle, que dado el estilo de producto seguro que no está concebido como denuncia, es que (por si lo habiamos olvidado) en la vida que nos toca vivir parece que no se trate de ser sino de tener. El tanto tienes tanto vales corregido y aumentado. Es lo que hay.
Y de postre, sólo como ejemplo, un par de perlas, como el telefono que el millonario tiene en su futurista despacho: si lo regalasen con las madalenas se venderian menos. O las numerosas carreras que se marca la prota con unos tacones como los de Carl Lewis en aquel gran anuncio en valla exterior de Pirelli.
En fin, dicen que el tiempo vuela. Lo mejor es verla en pleno vuelo para matar el tiempo. Lo que he hecho.

PARA: quien tenga tiempo para todo
ABSTENERSE: los que no quieran perder ni un minuto

No hay comentarios:

Publicar un comentario