miércoles, 1 de febrero de 2012

Blackthorn. Sin destino

Cartelera:
Blackthorn. Sin destino (2011), Mateo Gil


Ésta es la primera película del blog en la que tengo el honor de conocer al coproductor, Ibón Cormenzana. No por eso me temblará el pulso jeje.
Quizás la menos esperada a la fiesta de nominaciones de los Goya 2012. Aunque pueda parecer que un western crepuscular al estilo americano, producido en España y rodado en Bolivia, sea carne de malas estadísticas, hay que descubrirse ante esta "nueva" productora que es Arcadia Motion Pictures. Rodado en inglés, estamos ante un film que ha conseguido sumar una rentable taquilla a nivel internacional. Buena estrategia, a la que seguirán nuevos títulos. Doy fe, por mi actual colaboración con ellos como guionista en un nuevo proyecto.
Es notable que 20 años después de Sin perdón, todavía haya obras que coman y beban de ella. A eso le llamo yo un clásico contemporáneo. En este caso, y ya que hablamos de comida, diría que nos hallamos ante una historia presentada al espectador a fuego lento. Y claro, aquel que pretenda degustarla a los 20 minutos de película (por decir) la escupirá por encontrarla cruda y sosa. ¿Es eso una crítica? Pues, con los tiempos que corren, sí. ¿Por qué? Porque desgraciadamente mucha gente no la verá en el cine. Y eso tiene una cruda (precisamente) consecuencia: que la paren y digan "luego seguiré...".
Pero si dejamos que la olla hierva encontraremos ingredientes y salsa muy familiares en una combinación propia y bien aderezada, que nos dejará un regusto de buen cine. Como digo, aunque haya tópicos, atesora algunas señas de identidad por las que se recuerda una obra. Sin duda, memorable la secuencia del Salar de Uyani.
Otro aspecto que desprende un más que entrañable aroma al puchero es el tratamiento que el guión hace del envejecimiento, tanto del protagonista como del inspector. Es muy de agradecer que en la locura del mundo actual se nos recuerde, de vez en cuando, que las cosas podrían ser de otra manera si tuviésemos más presente que somos personas. Aunque necesitemos para ello la perspectiva de la edad.
Mis respetos para Mateo Gil, eterno colaborador de Don Alejandro Amenábar. En su conjunto, sumando música, fotografía, arte, interpretaciones (grande Sam Shepard) y guión, el resultado mejora en mucho a la inmensa mayoría de continuadores de esa obra maestra de Mr. Eastwood.

PARA: los que les guste cocinar a fuego lento y luego tumbarse en el sofá a ver una buena peli.
ABSTENERSE: ese tipo de espectadores fast food, a los que les quema la silla si la cosa tarda en "arrancar".

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